Las ventajas de la recuperación de energía
Comprimir aire genera mucho calor. De hecho, la mayor parte de la energía eléctrica que consume un compresor se convierte en calor.
Sin recuperación de energía, este calor se disipa en el medio ambiente y simplemente se desvanece en el aire. De ahí el término "calor residual".
Un sistema de recuperación de energía se basa en un intercambiador de calor que captura la mayor parte de este calor residual como aire caliente (por medio de conductos conectados al compresor) o como agua caliente (con un suministro de agua conectado al compresor) y lo reutiliza en otro lugar.
Tanto los sistemas de aire caliente como los de agua caliente permiten recuperar hasta el 94% del calor de compresión, dependiendo de la tecnología utilizada.
El aire comprimido es un servicio vital para infinidad de empresas. Por desgracia, comprimir aire requiere mucha energía. De hecho, a lo largo de la vida útil de un compresor, la energía constituye el mayor coste, ya que representa alrededor del 80% de su coste total de propiedad. Por eso es fundamental utilizar un modelo altamente eficiente. Además de elegir el compresor adecuado, la recuperación de energía tendrá un impacto significativo en su consumo energético. Recuperar hasta el 94% de mucha energía es, bueno, mucha energía ahorrada. Esto tendrá un impacto inmediato en el consumo, en los costes energéticos y en las emisiones de carbono de sus instalaciones. Si está buscando reducir sus costes operativos y/o cumplir una norma de emisiones más estricta, la recuperación de energía puede ayudarle a conseguirlo. Y con un retorno de la inversión de menos de un año.